¿Merecemos
la misma atención?
Solo violan a mujeres tranquilas, a las que se hacen
respetar, a quienes parecen decentes; a ti, a ti mujer liberal, mujer
drogadicta, mujer alcohólica, a ti puta,
aun a ti peor, tu que eres maricón, a ti *travestí (así es como nos llaman), a
ti no te pueden violar, contigo no hay necesidad de hacerlo a la fuerza, si
todos sabemos de qué pie cojeas y que es lo que buscas cuando vas a esos
lugares, como te exhibes y a que te expones.
¿Y es acaso el
juicio moral de una sociedad doble cara que imposibilita una sanción justa a un
violador?
¿Las personas tenemos un valor distinto ante la mirada de
las y los demás y ante la ley?
El Perú tiene una realidad plagada de estigmas que
jerarquiza a las personas de acuerdo a un juicio moral, una moralidad que está regida
por fundamentalismos religiosos arcaicos, evidenciando un imaginario colectivo
actual que relata y repite “cómo me comporto equivale a qué tipo de violencia
me tengo que enfrentar y merecer”.
La empatía hacia
el dolor de la otra o del otro queda relegada a un último plano, con lo difícil
que cuesta afrontar una situación de violencia sexual, las víctimas tienen que
esquivar con todo el bullicio enorme de voces atacantes que las responsabilizan
de este delito, de la violación. En el país las personas perjudicadas tiene que
enfrentarse a un largo proceso que no reconforta ni ayuda, por el contrario cada
parte de ese proceso legal vulnera y debilita, si sumas a esta carga, esa
mirada moralista que te percibe como una víctima “diferente” la vulneración
será aún más evidente y violenta.
La televisión nacional muestra lo
femenino como objeto, este cuerpo puede ser premiado como un producto con medidas y
proporciones que los hacen “mas” “atractivos” y que además son más
“recreativos” para la vista del espectador.
Las canciones de contenido sexual es un tema común y
normalizado, la mayor parte del repertorio musical te menciona o sugieren que
debes usar el cuerpo femenino como propiedad sin que este tenga decisión sobre
el uso autónomo de su placer.
Nos estas diciendo explicitamente y en señal abierta que el
cuerpo femenino es un objeto para ser usado y aún más alarmante este puede
ser violado.
La cultura en la que vivimos crea tópicos perjudiciales que
refuerzan negativamente la visión del “buen comportamiento” y “las buenas
costumbres” basados en un “ideal” donde las mujeres estén sujetas a
comportamientos de “decencia” y “recato” estos valores están basados en crear
diferencias entre las mujeres y sancionar a quienes no cumplan con el rol
esperado.
Esta comunidad canónica tiene formas negativas de entender los roles y expresión del genero binario, nos menciona que si tú
eres “hombrecito” puedes tener varias niñas a tu disposición esto es ser un
“campeón” y ser mujer con varios niños a tu disposición, eso no se menciona, ni
siquiera pasa por tu mente, es tipo de niña no existen en el mundo que se
espera.
Una “mujercita de su casa” será siempre valorada, aquella
que siempre agacha la cabeza ante la llamada de atención de sus mayores y sobre
todo lo que diga su padre, esta es una niña decente que siempre anda limpia,
que no corre ni juega con fuerza porque el sudor no es compatible con ser
femenina, una niña no puede juntarse con muchos niños, no puede jugar siendo la
única niña del grupo.
Si eres diferente a lo que se espera de ti, serás
apartada o apartado, no dé lugar como es obvio, vivirás en conjunto con
aquellas y aquellos que no te consideran parte de una misma comunidad y serás
señalada o señalado.
¿Qué pasa cuando somos diferentes a lo que culturalmente
nos inculcaron?
¿merecemos la misma atención de nuestras autoridades?
¿Quién agrede sexualmente merece la misma sanción?
Dedicado a todas mis amigas liberales, a quienes se
drogan, a quienes se alcoholizan, a las putas, a los maricones y a las mujeres
transexuales, transgeneros y travestis.
